Educación HOY!

18.3.07

¿Cuándo Educar? : ¿Antes, Más Tarde o Nunca?

Por lo general las investigaciones, estudios y esfuerzos de desarrollo; desde las más diversas perspectivas, orientadas a, ya sea conocer o potenciar la relación entre educación y seres humanos, están centradas en "cuándo educar". La idea es encontrar o descubrir el mejor momento para enseñarle algo a alguien.
La psicología, durante la mayor parte del siglo XX; se enfocó, logrando gran especialización en la descripción y categorización del desarrollo humano, aludiendo a un enfoque "psicológico", un "psicodesarrollo".
Así, podríamos decir que un niño cuando cumple 9 años, desde la teoría cognitiva del desarrollo de Jean Piaget, estaría 'cursando' la etapa de "Operaciones Concretas". Por lo tanto sus procesos de razonamiento se están tornando lógicos y puede abocarse a problemas concretos o 'reales'. Podrá ordenar conjuntos 'mentalmente', clasificar conceptos y enfrentarse a las delicias del tiempo y del espacio. Describe así mismo un cambio 'social', donde el niño se convertiría en un sujeto "verdaderamente social".

Por otra parte, desde la teoría Psicosocial de Erik Erikson, estaría en la etapa de la "Industriosidad v/s Inferioridad", en donde el niño al que hacemos referencia debe aprender destrezas de la cultura a la cual pertenece para enfrentar sus sentimientos de inferioridad y poder pasar a ser un ente productivo (industrioso), de esta etapa el niño sale beneficiado con un grado mayor o menor de "Destreza".

Así, se podría decir que el afán de los estudiosos del desarrollo está centrado en encontrar el mejor momento para educar, y estas etapas nos servirían para identifar las transiciones en el desarrollo y llenar los gaps que ahi se producirían.
El único problema de estas nobles intenciones de categorizar en estratos, el desarrollo del ser humano, es que si uno no completa lo que la etapa dice que se debe completar uno puede salir de la respectiva etapa con un déficit o quizás, lo que es peor; nunca salir de esa etapa.

Planteándose así el panorama teórico, ¿Son beneficiosas las reformas de educación temprana que se están implementando? Los programas de androgogía que actualmente se utilizan, ¿son los adecuados? Los programas de pedagogía que se están utilizando, ¿son los adecuados?

Desde una perspectiva teórica, lo más probable es que la respuesta a estas preguntas sean "Sí". Ya que los programas se ajustarían a las categorías de desarrollo humano.
Sin embargo, creemos que sería mucho mejor complementar el enfoque categorizador por uno más holístico y porqué no, centrado en la experiencia compartida. Dejar de buscar el momento adecuado para enseñar y trabajar con lo que tenemos. La única salida ante este relativismo de la educación, sería enfocarnos en las herramientas que tenemos para educar: Los Educadores. Cambiar el énfasis en "Cuándo Educar", por un énfasis en "Cómo Educar".


Por eso, para la pregunta de ¿cuándo educar?, la respuesta es Ahora.

GIDECH

29.11.06

Identificación del elemento motivacional en la educación

El desafío es cómo llegar a educar de una manera que resulte interesante para el individuo educado y que además resulte en un aprendizaje adaptativo y funcional para su propia vida y la sociedad que constituye. ¿Cómo hacer esto?.. Esa es la gran pregunta.

La historia nos habla de diversos estilos y fórmulas de enseñanza que probablemente cumplieron con los objetivos propuestos para ese entonces, pero claramente, hoy las metodologías no están llegando a los objetivos (al menos las que se aplican generalizadamente en nuestro país), de ahí que nace la necesidad de partir desde un análisis bastante básico de la problemática y así buscar soluciones teóricas y luego prácticas.

Lo primero es la acción. El hombre actúa en función del fin de su actuar, que puede ser conciente o inconciente, desde hechos tan simples como lavarse los dientes, donde el beneficio es evidente, hasta actos u acciones de límites “borrosos” como perdonar verdaderamente a una persona, donde los fines y los beneficios se esconden detrás de razones socioculturales muchas veces inabarcables por nuestra capacidad limitada de explicar los fenómenos. Viendo las cosas desde este punto, es claro que cuando el inconciente no nos acompaña en la generación de un estímulo suficiente para la realización de una tarea, debemos llevar el beneficio supuesto de la acción a la volición conciente para que se produzca tal acción que deseamos experimentar.

En este caso en particular, la acción es aprender; entonces: ¿Cuál ha de ser la motivación, finalidad o beneficio fundamental sobre el cual se base nuestro actuar: “aprender”?

Adentrándonos en el análisis, y llegando a lados más “pedregosos”, nos debemos cuestionar cuáles serían las motivaciones fundamentales de los actos básicos del vivir: comer, beber, relacionarse con otros a nivel social y sexual. Una respuesta sería que todos esos actos básicos nos permiten autosustentarnos para permitir la continuidad de la existencia propia y de la especie. De este modo, ofrecen un beneficio directo al individuo. Todo esto parece muy fácil, casi de perogrullo, hasta que nos vamos a los matices de cada una de estas acciones, pues ¿qué es lo que definimos como beneficio en cuanto al indivuduo si no sabemos qué repercusiones tiene nuestro actuar en el devenir natural final de la experiencia? O, de otro modo, lo que actuamos ¿resulta finalmente en un beneficio concreto para ese individuo? ¿Sólo para él, o también para los demás? O, ¿es que el beneficio es para otros y no para quien actúa? Es ahí donde empiezan los problemas. Todas estas interrogantes son aplicables para las acciones enseñar y aprender, lo cual nos debiera llevar a ver la necesidad de depurar objetivos concretos que nos lleven a los fines últimos de estas acciones.

Volviendo a la idea anterior, queda claro que si no comemos, no bebemos y no nos relacionamos ya no existiríamos sobre la faz de la tierra. Por lo tanto eso ya esta resuelto, haremos todos esas acciones. El problema es qué comemos, qué bebemos y cómo nos relacionamos, pues no es lo mismo comer ensaladas que hamburguesas del McDonalds durante un mes, no es lo mismo beber un litro de alcohol que un litro de agua, ni relacionarnos en base al amor o al odio (aceptando toda la variabilidad que esos conceptos implican) en lo social y sexual. Aquí viene entonces la reflexión que nos acerca a la motivación de un acto de mayor complejidad teórica-abstracta que los anteriores: ¿qué nos motiva a estudiar, aprender y educar? ¿Son verdaderamente éstos actos indispensable en nuestras vidas?

Todo esto que expongo tiene por finalidad proponer que cada uno de nosotros busque cuáles son las razones que a lo largo de la vida (pues sin duda van cambiando) nos han llevado en algún minuto a desear aprender, estudiar o enseñar. Creo que podría ser una buena manera de poner las directrices base de lo que será la nueva educación del mañana. Debemos enfocar nuestras acciones en lo que sabemos y descubrimos de nosotros mismos, de los seres humanos en sus distintas etapas. Creo que, por ejemplo, podríamos escuchar más a los niños y las razones socioculturales de su comportamiento a la hora de establecer nuevas actividades y estructuras educacionales. Pero por sobre todo, creo que se debiera atender a la necesidad de la cual he estado hablando: enseñar en función de la estimulación natural de la “necesidad” de aprender de quien estamos educando, es decir, expliquemos a nuestros niños por qué es bueno que sepan leer, o por qué es bueno que sepan matemáticas, leer libros, hacer música, hacer deporte, conocer el cuerpo, conocerse a si mismo… Desde el minuto que dejamos este objetivo como prioridad a al hora de enseñar, hemos eliminado parcial o totalmente la posibilidad de generar individuos críticos y concientes ante su mundo.

Como reflexión final quisiera que cada uno de nosotros recuerde sus años como estudiante en todos los niveles y recuerde cuántas veces se nos explicó de forma sistemática el fin último de nuestra enseñanza. Creo que, por lo que he conversado con mucha gente, la respeta tiende a ser que algunos profesores, los con más carisma y vocación tomas esa responsabilidad a título personal y son capaces de entregar humanidad y no solo información en sus clases, dejándonos aquella motivación de la que hablo, pero claramente ninguna de esas iniciativas resulta de un establecimiento sistemático de directrices curriculares a ese fin.

GIDECH

25.10.06

Cambio de roles

La tecnología está llegando a un nivel de avance probablemente insospechado para la mayoría de nosotros, incluso los jóvenes, generando lentamente un proceso de acostumbramiento al desarrollo tecnológico permanente. Ya no es raro decir "...voy a cambiar mi celular, si ya está viejo(y tiene un año) y muy atrasado: no tiene cámara, no tiene sonidos polifónicos, etc...".

Somo permanentemente espectadores de un desfile de nuevos aparatos y servicios que son puestos a nuestra disposición a pocos meses de su creación (incluso cuando son hechos en lejanos puntos del planeta). Es así que hemos perdido progresivamente la capacidad de asombro unos más que otros, punto en el cual invito a la reflexión, pues, fácil será entonces, como muchas veces vemos hoy, desvalorizar y estar ciegos ante excelentes aportes al desarrollo en otras áreas o en la misma tecnología, pero que ya no nos deslumbran, olvidando que todo aquello que "aparece" por arte de magia en la vitrina de la tienda o que nos muestra nuestro amigo, es fruto del trabajo de la mano y la mente humana.

Uno de mis puntos es invitar a la reflexión respecto a lo que en el párrafo anterior enunciaba, pero lo que principalmente me llevó a escribir sobre esto es que hace ya varios años se viene dando un fenómeno bien particular en relación a lo que sucita en la familia y en la educación esta nueva situación. No es raro (o mejor dicho, es casi la regla) ver a niños y jóvenes enseñando estas nuevas tecnologías y conocimientos a los mayores que generalmente tienen cara de complicados y de no entender nada (que es lo que está pasando realmente). De este modo se está configurando un cambio generacional desde una generación que veía llegar lentamente los cambios que poco a poco se producía en el extranjero (con años para la adaptación) a una generación que ve cada 5 años o menos renovar casi por completo una ciudad entera con sus ciudadanos y sus costumbres (es cosa de acordarse que hace 5 años casi nadie pensaba en llamar al celular "juanito" o cruzar la ciudad en 10 minutos por una super autopista).

Es en este segundo punto donde quiero una reflexión respecto a cómo enfrentamos los roles desconocidos que nos toca llevar en la vida actual. Sin precedentes los cambios pueden derivar en cualquier extremo o exceso (generando una situación de riesgo y a la vez de potencial beneficio) por lo que creo debemos estar atentos a todo lo que está pasando y debemos tener siempre cuidado de cómo manejamos a nivel personal (de qué manera nos estamos adaptando nosotros a estos cambios), a nivel familiar (cómo insertamos a nuestra familia y cómo manejamos la dinámica interna en relación a la inserción forzada de un nuevo elemento, a veces desequilibrante de los vínculos y en general de maneras bastante sutiles), a nivel laboral y social (con políticas de estado, especialmente educacionales), todo lo que tiene que ver con el enfoque con que queremos adaptarnos a una nueva condición.

Quiero hacer énfasis en cómo puede afectar esto a la dinámica educacional. El alumno o hijo que se muestra siempre atento y curioso frente a los desafíos y conocimientos que le ofrece el mundo que le rodea tiene ahora acceso a cientos de miles de nuevos elementos desconocidos (la mayoría de las veces) a sus docentes o padres. De este modo frente al natural "no sé" de su primera fuente de información (padres o docentes) comienzan un descubrimiento personal que ya no acaba jamás (porque además todo lo que se descubre resulta ser muy divertido y envolvente). De este modo, el niño o joven va aprendiendo innumerables cosas que los "viejos ignorantes" desconocen. Y en este punto me quiero detener, ya que creo es esa situación la de principal riesgo (y es una situación que también se da en el mundo adulto, pero que a esta edad es de particular sensibilidad por la definición más concretas de las personalidades y vínculos de los niños).

En este nuevo contexto tenemos muchos caminos, como reforzar la enseñanza valórica por sobre la técnica ("poniendo la ciencia al servicio del hombre"), de forma de no perder el rumbo o la cabeza al enfrentar permanentemente estos nuevos conocimientos y desafíos (muchas veces los mismos niños se ven abrumados frente a la imposibilidad de adquirir o entender toda esa nueva información).
El niño o joven corre el riesgo inherente a cada etapa de individuación o definición de su personalidad, de exsacerbar su egocentrismo, narcisismo y soberbia en detrimento de la convivencia a todo nivel. Creándose personalidades disruptivas para su entorno. Este es un riesgo, a mi parecer, bajo en relación a la generación de trastornos de la personalidad propiamente tales, pero sí alto de generar un cambo cultural que quizá no favorezca una convivencia óptima si no tomamos las medidas adecuadas a la hora de educar.

En fin, es un tema en el cual cada uno vive día a día nuevas experiencias y frente al cual nuestro modelamiento vivencial nos dará respuestas que creo conveniente revisar a la luz de la deriva acelerada de progresión cultural.

28.8.06

El estigma de ser pobre


Todos conocemos la existencia de numerosos focos de perpetuación de la pobreza, pero ¿en qué medida somos nosotros partícipes de ese círculo? ¿Cómo la sociedad "crea" subgrupos marginados e incapacitados de salir de su propia realidad?

El estigma se define como una condición calificativa diferenciadora en sentido peyorativo aplicable a un grupo o persona en relación a otro grupo o persona. Esta situación se da en una relación de diferencias de poder entre éstos que permiten la perpetuación del estigma.
En la literatura especializada podemos encontrar distintas clasificaciones dentro de la estigmatización. Una particularmente gráfica y simple es la que propone Irving Goffmann (1922 Canadá - m. 1982 E.E.U.U., sociólogo):

- Personas estigmatizadas: personas que son estigmatizadas por un rasgo diferenciador físico el cual no puede ser escondido. Un ejemplo frecuente -quizá no tanto en nuestro país como en otros- es el color de la piel.

- Personas estigmatizables: son aquellas personas que por una condición no evidenciable a simple vista pudieran llegar a ser estigmatizadas. Por ejemplo, una persona que vive en un barrio marginal y pobre, que mientras no explicite esta condición en la relación con una persona que potencialmente la estigmatizaría, no será efectivamente estigmatizada.

De esto deducimos que la condición de pobre como estigma, esto es, en conjunto con todos los adjetivos que hoy se nos vienen a la cabezas detrás a este concepto, podría se definida dentro de la segunda clasificación.
La importancia de esto radica en el condicionamiento del estigma “pobre” a una realidad conceptual potencialmente variable en su concepción social. Es decir, existe la posibilidad de modificar e incluso eliminar el estigma sólo en función de las posibilidades de connotación que le demos a la condición pura de pobreza.
De este modo nos enfrentamos a el estigma en forma más acotada para analizarlo en su relación con la pobreza.

Hoy el estigma de pobreza es otorgado fundamentalmente en función del lugar donde se viva, muchas veces siendo incluso independiente del ingreso económico o cultural real del afectado. Y de esto creo que somos todos conscientes. Es por esto que focalizaré el análisis en este elemento.

El establecimiento de los pobres en agrupaciones o microcomunidades que se delimitan con una “nominación de origen”, es decir, un lugar físico con un nombre en particular (por ejemplo, población El Volcán), generan un fenómeno social particular que llevará a esa comunidad a establecer una identidad propia. La agrupación de estas familias carenciadas económica y culturalmente, una vez establecidas como grupo particular, comienzan un proceso progresivo de deterioro de calidad de vida y reducción de posibilidades culturales y educativas de surgimiento, yendo progresivamente hacia una degradación por diversos factores como el sumergimiento en las drogas, el tráfico de éstas, la delincuencia y finalmente la eliminación de iniciativas de reestructuración social a favor de la reintegración a la comunidad macro.
Y ¿en qué medida nosotros participamos de este proceso? Por un lado está el estado que ha errado las políticas públicas de construcción de vivienda social y apoyo a las iniciativas de organización comunitaria, manteniendo y perpetuando con ello el ciclo de degradación de estas comunidades, no proveyendo de oportunidades nuevas de reestructuración que son la base del cambio para la desestigmatización.
Por el otro lado, estamos todos nosotros quienes también jugamos un rol en todo este proceso. De hecho es el grupo externo a los estigmatizados quienes realizan la acción de estigmatizar y discriminar según esta clasificación.
La estigmatización resulta especialmente significativa en los procesos de reintegración de estos grupos marginados a la sociedad. Según estudios, estos procesos de reintegración están constituidos fundamentalmente por el área de desarrollo e integración laboral. En esa área queda claramente manifiesta la discriminación toda vez que por pertenecer la persona postulante al trabajo a uno de estas áreas geográficas marcadas o guetos es automáticamente descartada, pues es considerada a priori como floja, sin potencial emprendedor, irresponsable y muy probablemente drogadicto. Claro es que todas estas calificaciones corresponden a prejuicios que conforman precisamente el estigma del pobre.
Así, el pobre se enfrenta a una discriminación que merma sifnigicativamente sus posibilidades de surgimiento, creándose en su entorno un círculo vicioso de negatividad y ausencia de modelos positivos. Los niños aprenden que sus expectativas desde el instante mismo de nacimiento no superan la calidad de vivida que llevan sus padres y que deben aceptar la condición de marginalidad sin esperanzas de algo mejor (desesperanza aprendida). Así el círculo se perpetúa. El proceso defensivo de la aceptación del estigma se vuelve en contra de sus oportunidades de surgimiento.
Cuando el pobre enfrenta este problema nacen dos tipos de respuesta: la resiliencia desde el punto de vista personal, y la organización social desde el punto de vista colectivo. Siendo la primera la única alternativa a seguir cuando el proceso degenerativo del grupo humano dominante del grupo –la mafia, los narcotraficantes y delincuentes- no permite otra dirección.
Por otro lado, está el proceso de negación y valoración de una identidad grupal, que con la aceptación implícita, intenta valorar características de supervivencia desarrolladas al alero del instinto vital. De este modo, la gente de las poblaciones dice vivir “acostumbrada” a los robos y los balazos. Dicen ser “choros” y “fuertes” por vivir en esas condiciones. Sin embargo, el inconsciente siempre reciente estas condiciones de por si estresantes para vivir, y que no permiten la realización de las actividades normales y adaptativas de la vida, tan necesarias como la recreación sana y la educación. Así también, los espacios para las organizaciones sociales de soporte y ayuda se van cerrando por la jerarquía y dominio de las mafias establecidas, factor que también fortalece la perpetuación del fenómeno.


Es entonces aquí donde está nuestro trabajo y el del estado para revertir esta terrible situación.
Una de las propuestas que impulsan los estudiosos del tema es la integración disgregada (o por segmentos) de estos grupos a la sociedad. Esto es, desarmar la organización viciosa de estos grupos, desestructurando el funcionamiento de las mafias y permitiendo la organización social en pro de la autosuperación e institucionalización de los procesos de aprendizaje que permitan a esas familias la reintegración en el progreso y el bienestar común.
Aquí nace la pregunta, ¿estaríamos dispuestos a que en frente de nuestra casa migrara una porción de estas familias para alcanzar exitosamente su proceso reintegrativo? ¿Estaría dispuesto yo a aportar en algo a este fenómeno de cambio social?
Otra de las propuestas es que se renombre estas áreas físicas de conflicto, dando una nueva oportunidad a sus habitantes. Así, por ejemplo, una persona de “La Legua” renombrada como, por ejemplo, “”nevados de las cruces” incrementaría automáticamente sus opotunidades de trabajo. Lo cual nos deja en evidencia que un prejuicio puede ser tan absurdo como este hecho (y si lo damos vuelta, podríamos pensar también, que la mayoría de nosotros no conoce estos lugares marginales, y que si estuviésemos dentro de ellos en determinado momento sin saber dónde estamos, no estigmatizaríamos el lugar hasta conocerlo).

El resto lo dejo a conciencia de cada uno. Lo que sí está claro, es que todos formamos parte de la sociedad y que los fenómenos como este son responsabilidad de todos.

GIDECH

19.8.06

Educación en la aceptación y el respeto




La importancia de la presencia de estos elementos muchas veces es olvidada por quienes deben inculcarlos en los niños –padres y educadores- y con mayor frecuencia, por quienes debemos velar por su permanencia constitutiva en la sociedad en forma de fortalecimiento de su valor: todos.

Uno de los requisitos básicos para que la persona adquiera los conocimientos y las conductas que se esperan de ella en una sociedad funcional es que su proceso de aprendizaje se realice en un contexto donde primen la aceptación y el respeto. En eso todos estamos de acuerdo, ¿pero qué es realmente lo que hacemos para que esto se cumpla?

Lo primero que hay que cuestionarse es cómo entendemos estos conceptos y en qué medida esa comprensión se expresa en diversos ámbitos de nuestra vida. Para el caso del tema que trato en este artículo me enfocaré en los aspectos que tienen especial relación con la educación.

La aceptación debe ser comprendida como un proceso activo y dinámico que comprenda el interiorizar las variables que se desprenden del actuar humano como posibilidades inherentes a dicha acción (actuar). Esto es especialmente relevante al pensar en la negación a la cual se ven enfrentados muchos de los niños en sus procesos educativos institucionalizados y en sus propias casas.
Al mismo tiempo que reconocemos la aceptación como elemento fundamental para la educación nos enfrentamos a la necesidad del respeto de “lo aceptado”. De tal modo que todo aquello cuanto experimentamos como experiencia del actuar del otro debe ser aceptado como principio, dando paso a un contexto y espacio adecuado para el desarrollo de las actividades que desarrollarán a la persona social y con valores que se está buscando en cada niño.

Pero, ¿cómo aterrizar en lo concreto toda esta bella teoría? Como anteriormente dije, creo que todos estamos de acuerdo en que la teoría de estos conceptos, pero en la práctica y en la aplicación es donde nacen las discrepancias e inconsecuencias. Basta pensar en el niño que por tener un comportamiento hiperactivo es muchas veces segregado, estigmatizado e incluso privado de ayuda por considerársele un “caso perdido” o tonto o sin aptitudes para el aprendizaje de lo que se le impone, siendo muchas veces un caso de problemas familiares, de problemas biológicos asociados al sueño o simplemente un niño hiperestimulado en sus áreas de desarrollo psicomotor, siendo un niño totalmente normal desde el punto de vista cognitivo, pero, por todo lo anteriormente dicho, las oportunidades para su aprendizaje se ven seriamente mermadas terminando siendo todo una profecía autocumplida. El niño estigmatizado aprende el refuerzo negativo aplicado a su propia personalidad generando finalmente una desesperanza aprendida. Pero este es sólo un ejemplo de falta de respeto y aceptación por condiciones inherentes a las diferencias de todos los individuos pertenecientes a la raza humana.

En concreto, lo que se debiera buscar es que cada persona que interactúe con un niño entienda que todo lo que haga dentro de esta interacción formará parte del proceso de aprendizaje de ese niño y que para que ese proceso se desarrollo con dentro de los objetivos propuestos en una sociedad sana se requiere que el respeto y la aceptación sean realmente fundamentos básicos de este interactuar. Esta será la única forma de conseguir que el niño sea feliz y libre de adquirir el resto de los conocimientos técnicos y valóricos que se le intenta inculcar.

GIDECH

14.8.06

¿Nos enseñan a aprender o nos enseñan a memorizar? ¿Sabemos realmente aprender?

¿Qué es lo que en definitiva se esta enseñando hoy en las salas de clase? ¿Cuél es la intención y cuál el resultado? Son preguntas que nos dirigen a las bases teóricas sobre las cuales estamos fundando la práctica de la enseñanza en nuestro país y que coobran especial relebancia al ver tanta insatisfacción con respecto a los resultados (que son calificados como malos desde las encuestas públicas hasta las herramientas de calidad aplicadas).

Propongo que rememoremos nuestra propia experiencia. Son realmente muy pocos los sitemas educacionales que en el pasado han implementado sistemas de enseñanza que impartan el aprender a aprender antes que el aprender mismo. La mayoría de nosotros en nuestra experiencia colegial recordamos horas de repetir palabras raras y nuevas en biología, de repetir fórmulas en física y matemáticas, de repetir verbos y sus conjugaciones en castellano, pero dónde está la sistematización de la autogeneración de aprendizaje.

La mayoría de las propustas prácticas que hoy existen al respecto nacen de iniciativas de los mismos profesores, que muchas veces, al poco andar se ven trabadas por impedimentos dispuestos desde la dirección y limitaciones a los recursos, incluso (y no pocas veces), muchas veces son los mismos apoderados que al ver actitudes muy inquisiivas respecto de sus pupilos reaccionan con suspicacias ante lo nuevos métodos de enseñanza... Claro, nadie quiere ser conejillo de indias, pero aca no se trata de eso, sino de incentivar un método de aprendizaje que muchos de nosotros adiquirimos a lo largo de nuestras vidas pero con el sudor de nuestra frente y después de tantos errores que podrían haber sido fácilmente evitados si desde un prinicipio hubiésemos aprendido a aprender.

Con todo esto me refiero a que una vez que hemos adquirido el hábito, sitematizado o no, de analizar (ya sea de una manera profunda o superficial) las experiencias de las cuales provienen nuestras enseñanzas, podemos comprender que no sólo estamos aprendiendo una serie de fórmulas, o una larga lisa de palabras, entendemos que estamos aprendiendo herramientas para usos determinados aplicables a distintas materias, aprendemos que lo que aprendemos es parte de un proceso de maduración de mi relación con el entorno... Ahora, muchos pueden decir que esto es una utopía pues la madurez intelectual de un niño no alcanzaría para abarcar estas ideas, pero yo creo que no es así, basado en mi experiencia propia y en el estudio del desarrollo del cerebro humanos y sus potencialidades. Claro que hay un hecho concreto de mayores dificultades contextuales que limitan su desarrollo, pero si somos capaces de dar un contexto adecuado, podremos alcanzar metas insospechadas actualmente.

Tenemos hoy que abrir las puertas para que mañana todas las iniciativas de apertura del aprendizaje hacia la integridad de la persona que crece en sociedad, sean adoptadas para su evolución y maduración junto a la propia evolución de la sociedad.


GIDECH

10.8.06

¿Qué es la educación?

Hace ya un buen tiempo que toda la gente habla mucho sobre la educación, sin embargo, ¿qué es lo que cada uno de nosotros entiende por esa palabra? EDUCACIÓN...Para muchos puede significar tan sólo el proceso de traspaso de información que muchas veces se hace de un pizarrón al papel y lápiz del apunte; luego, memorizar... Pero, ¿es sólo eso la educación? Creo que si lo pensamos bien, y si nos explayamos todo un poco más en la explicación de este concepto podemos llegar al concenso de que se trata de mucho más que eso.La educación, al menos para mí, es un proceso que se inicia el día que nacemos y para terminar sólo el día que morimos. Nos iniciamos en el arte de aprender recien saliendo del útero, codificando los elementos básicos formadores de nuestro entorno y clasificando entorno a partones de análisis fundamentalmente genéticos en un primer momento. Luego, a medida que pasa el tiempo, el apego materno (relación de interacción más importante en un primer momento) es la base de sustentación de la exploración que nos lleva a la experiencia y esta a su vez al aprendizaje. Es de este modo que la figura materna, en un principio, y luego la pareja parental, modificarán en gran medida las primeras aproximaciones a la aprehensión del mundo interno y externo. A estas alturas del conocimiento ya debemos aceptar que no está todo en lo genes ni en el ambiente, y debemos acernos cargo de eso, por lo cual este tipo de reflexiones es fundamental para iniciar cambios, por lo tanto, los cambios que hoy todos pedimos en educación se inician en casa.
Los invito a extender este debate y a que cada uno reflexione qué entiende por educación y cómo esa acepción los afecta (más directamente que una reunión de apoderados y la elección del colegio de nuestros hijos, claro)

9.8.06

Definición de lineas generales del proyecto GIDECH

Como para aclarar un poco el panorama respecto a cuál es el objetivo de este blog, propongo las siguientes líneas generales de trabajo:

Primera etapa:

1.- Se buscará toda la información y sus fuentes respecto a datos que nos permitan aproximarnos de un modo serio e informado al tema de la educación. Esto incluye todo tipo de información técnica o teórica, de expertos o de ojos observadores que aporte a la discusión de los fundamentos teóricos, técnicos y filosóficos de la educación.
En lo específico me refiero a:
- Bibliografía útil
- Comentarios respecto a reportajes en diarios o revistas (y/o las sitas a los mismos)
- Comentarios respecto a situaciones vividas por ustedes, o personas cercanas, que grafiquen materias de trabajo y discusión
Todo esto con el único fin de tener bases sustentables sobre las cuales poder trabajar (adecuado conocimiento de la actualidad nacional en educación, en lo político, teórico y práctico).

2.- Los temas corresponderán, como ya mencioné, cualquiera que tenga que ver con la educación directa o indirectamente, aunque se focalizará el trabajo en:
- Bases teóricas del aprendizaje
- Fundamentos filosóficos de la enseñanza


2.- Proponer esquemas de organizaicón de la información que se comience a recopilar para tener acceso fácil y universal a ella.

3.- Discutir y comentar los temas que se estén presentando

4.- Proponer cambios a el sistema de trabajo para que éste sea más eficiente y adecuado a los objetivos.


Segunda etapa:

Identificar claramente los errores frecuentes o más importantes del sistema de enseñanza actualmente en práctica en jardines infantiles, salas cunas, colegios e instituciones de enseñanza superior.

Terecera etapa:

Proponer y construir proyectos viables que puedan, en un corto o mediano plazo, ser aplicados en grupos específicos de población en proceso activo de enseñanza.

Cuarta etapa:

Evaluar resultados y extender nuevas aplicaciones manteniendo la observación de las etapas anteiores.


Por supuesto, todo esto es sólo una propuesta y debe ser analizada en mayor profundidad en la medida que el proyecto avance y la participación crezca. También se considera que en la medida que existan nuevas ideas se modificarán e incluirán todos los puntos que se estimen convenientes.

GIDECH

8.8.06

ANALISIS Y DETECCIÓN DE EXPECTATIVAS Y PROYECTOS DE VIDA DE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES

Métanse a la página del sernam y busquen este estudio en la sección estudios que sale en un linck a la derecha, es muy interesante.

3.8.06

De utilidad...


Creo que sería de mucha utilidad plantear un diagrama de la educación. Así sugerido suena bastante amplio, pero creo que lo que a cada uno se le ocurra puede resultar muy útil para comprender de una forma más esquemática la estructura de su funcionamiento y puede ser luego integrado en uno que interprete a la mayoría.
Sería realmente útil construir y conformar un esquema completo que nos permita ubicar los puntos de conflicto y los sitios de potenciales soluciones con mayor facilidad, y que nos permita estimar los factores predominantemente influyentes en el problema así como los factores que serían influidos en caso de implementar una determinada acción.
Yo ya estoy trabajando en uno que espero publicar, en un primer avance, la próxima semana.